Centro de Salud

Me sorprende la facilidad con la que la gente, en consulta o en extracciones, a la más mínima oportunidad, te comenta cosas de su intimidad, y me parece una manera fantástica para, desde la modestia que puede ofrecer una palabra de apoyo o consuelo, acariciar por un momento a la persona que tienes delante y liberarla un poquito de la pesada carga.

Pero en ocasiones me quedo sin palabras, deseando que los gestos… las miradas… también sirvan para algo, porque no me llega el diccionario para, tan siquiera, aligerarme a mi mismo los hombros al llegar a casa.

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