Archivo de febrero de 2008

ante ustedes, la promoción 2007/2010

Hoy ha sido un día especial, visita a las unidades antes de nuestra incorporación el lunes. Dejo este testimonio gráfico como prueba. En la primera instantánea, yo estoy detrás de la cámara….

casitodos

En esta conseguimos que se nos unieran «las profas» de Enfermería Fundamental… la pregunta es… ¿dónde está Wally?

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Después, hemos conseguido exponer los cuatro últimos trabajos de Ciencias de la Conducta… uno de ellos trataba sobre la «inteligencia emocional», y como una imagen vale más que mil palabras, ahí va mi propia interpretación… o como suele decirse, «si la vida te da la espalda… ¡tócale el culo!».

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Y siguiendo con la costumbre de introducir un poco de educación para la salud, un consejo para todos los pecadorcillos que utilizáis Internet no para documentaros, sino para otros oscuros fines… si es que no aprendéis ains…

casi viernessssssssss

Hemos tenido nuestro examen de inglés (espero que este con mejores resultados que el anterior para mi). En la exposición oral de un tema libre, no me ha quedado más remedio que ofender los oídos de los asistentes, defendiendo unas traducciones sobre la evolución de los conocimientos sanitarios desde la antigüedad, pero me tranquilicé cuando vi que Little, a unos pocos metros, sufría tanto aguantando la risa, que yo no era el único que sudaba la gota gorda jejeje (a diferencia de mi, él se pone rojo como una bombilla, lo que lo hace más divertido).

He tenido que perseguir al celador para conseguir la llave de mi taquilla, pero finalmente la tengo, así que mañana llevaré los uniformes, algo para limpiarla, y posiblemente algún arma de defensa personal, puesto que visto lo visto en las de los demás, es posible que en su interior se haya desarrollado alguna forma de vida resistente al desalojo.

¡Muchas felicidades Eli!
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mejorando la técnica de estudio

Estoy muy motivado con los nuevos enfoques pedagógicos y modelos educativos, así como con las técnicas que pueden aplicarse para mejorar el rendimiento al estudiar.

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Fruto de esta inquietud, estaba pensando en organizarme los apuntes de anatomía de una manera diferente… más didáctica, pero ya veo que todo está inventado…

lunes atípico

Anoche la cosa no pintaba bien, a las tantas de la mañana aún daba vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño… solo mirar el reloj y pensar que a las 6,30 de la mañana me tocaría levantarme hecho unos zorros, aún me ponía más nervioso… pero dos horas sin clase (esta es la última semana justo antes de las prácticas, y se percibe cierto relax), una buena nota general en el último examen, y conocer el destino en planta, nos ha puesto a todos de muy buen humor.

Comenzar las prácticas será, cuando menos, un cambio, y aunque «ya se verá«, hoy por hoy… disfruto de la novedad; por cierto, en esta primera rotación me ha tocado ginecología quirúrgica y ginecología oncológica.

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sueñazo

las 14,20 y he abierto los ojos por una inoportuna llamada de teléfono… prefiero pensar que es por el cansancio acumulado (y que el dolor de cabeza es por haber dormido demasiado).

Eli, tu madre tiene más marcha en su miembro accidentado, que yo en todo mi cuerpo serrano (y tú, pa que decir)… Sara, con tu «L» verde conduces mejor con un mojito de dimensiones brutales entre pecho y espalda, que yo sobrio… Casti, como ya te he dicho, eres de las pocas que saben gestionar una llamada perdida -y de las que mejor huelen, añado-… Little, gracias por acercarte a S/C, guardaré permanentemente en mi memoria ese «momento cine» con bote en el asiento incluido -juajuajua-… Nau, ojo con los desayunos hipercalóricos 😉

Y para todos los que alguna vez lo intentaron con más intención que acierto, un remember.

de todo un poco

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El miércoles nos hicieron el Test de Mantoux; 16mm delatores (con 5mm bastaban), me otorgan el privilegio de una placa de tórax y valoración por el servicio de medicina preventiva. Lamento la baja calidad estética de la fotografía en general, pero en mi descargo diré que cuando buscaron un lugar para la punción, su intención fue la de localizar la zona más libre de pelo lo cual, dicho de paso, limitaba dramáticamente las opciones, y hubo que conformarse con eso, o montar un show de consecuencias impredecibles.

En otro orden de cosas, esta noche unos cuantos compañeros iremos a ver una peli de estreno, y mañana de cena a un chino… y lo que surja. Uno comienza a plantearse que se está volviendo un autista social en las siguientes circunstancias:

a) La peli en cuestión ya ha sido descargada y vista con anterioridad.
b) Lo más parecido a un chino que recuerda, es un motorista que le lleva la comida a casa.
c) Comparte sus planes del fin de semana no con un amigo, sino escribiéndolos en un Blog.
d) La idea de «lo que surja», va relacionada con volver a casa a dormir no demasiado tarde.
e) Todas las anteriores son ciertas.

Ayer por la tarde, en medio del examen, una pregunta relacionada con el ruido, y más particularmente una de las opciones de respuesta, me arrancó una sonrisa… me encanta encontrar destellos de humor en lugares inverosímiles, ya sea un humor sencillo, una reivindicación camuflada, o la expresión fugaz de una sonrisa del alma; gracias, siempre es agradable detectar esos destellos.

educación sexual en la Edad Media

Y yo me pregunto…. en aquella época, cuando el VIH no era más que algo parecido a un número romano mal escrito y los embarazos se saldaban con un oportuno casamiento o el rápido ingreso en una orden religiosa… ¿en qué consistiría una charla de educación sexual?… creo que podría ser algo así…

…………………………..

Oídme todos, pues yo proclamo que los príncipes azules no existen desde que en el reino decidieron desterrar el machismo que encubría el uso de los colores para distinguir los sexos… las mallas se abandonaron por razones más prosaicas… pesaban demasiado y dificultaban la micción.

Si hemos de ser estrictos y ceñirnos a la realidad, tan siquiera pasaban demasiado tiempo rescatando princesas o luchando contra dragones… lo cierto es que durante sus correrías, y nunca mejor dicho, gustaban de yacer junto a las damas mientras que un juglar, ponía a su disposición la melodía propicia para que la batalla amorosa no perturbase el descanso del resto de los habitantes del castillo.

Eran, por otra parte, doctos en el arte de despojar de capas, enaguas, encajes y miriñaques a la princesa más vestida en un tiempo prudente, y digo prudente y digo bien, pues de todos es conocido que en el arte del desvestir radica también el goce del placer anticipado; por todo ello, se aplicaban en ir descubriendo poco a poco a su amante, no sin antes prodigar el debido homenaje de besos y caricias a una piel tan blanca, como poco acostumbrada a tales atenciones.

En una época en la que el estrés no se había inventado y la paciencia era considerada una virtud, se cultivaban también una suerte de prácticas en las que el caballero demostraba una gran pericia y control, ya que aplicando su cuerpo junto al de la princesa, se entregaba a una suerte de juegos en los que ella era el centro de atención; en dicha actividad, invertía un tiempo indeterminado, pues de todos es conocida la relación que existe entre una buena técnica, y el futuro acceso a la alcoba, facilitado por la oportuna aparición de una trenza o escalera de cuerda, dispuesta a tales efectos; por todo ello, nos detendremos en este punto, haciendo mención al primer manual del que tenemos constancia, en el que se describen estas y otras técnicas habituales de la época:

El buen caballero se encontrará, como decimos, tumbado junto a la princesa, enfrascado en localizar el punto más sensible de la misma, y concentrado como está en la respiración agitada de ella, acompañará cualquier movimiento involuntario que se produzca, con otro propio, sin descartar en ningún momento demostrarle con ligeros roces, susurros o lenguaje explícito, lo placentero que para él mismo resulta dicha situación, y procurando en la medida de lo posible, que si la intensidad del momento se acerca peligrosamente al clímax, las caricias se suavicen, dejándole tiempo a recuperar un poco la compostura y permitiendo que el rubor deje de aflorar a sus mejillas, antes de volver a insistir, pero sin abandonarla nunca a su suerte.

Cualquier regla escrita sería estéril si llegados a este punto, el caballero no entiende que cada princesa es diferente, y, por tanto, la dulce tortura será individualizada, pero en todo caso, aplicar la regla general de que siempre cabe prolongar el juego unos instantes más, para lo cual será menester que ella sepa esperar o, a falta de su paciencia o colaboración, el caballero muestre el suficiente autocontrol como para no ceder a la tentación prematuramente.

Llegado es el tiempo de lanzar unas monedas extra al juglar para que se aplique en elevar su voz una octava y rasgar con más ímpetu el laud, ya que tras disponernos sobre ella, y tras un instante de dulce confusión, que aprovecharemos para disfrutar durante unos segundos en la contemplación del cuerpo que nos aguarda, cubriremos a la dama con el nuestro propio, y confiaremos en que la sabia naturaleza nos guíe hacia su cálido y húmedo interior, lentos pero firmes, sin prisa pero sin pausa, disfrutando del leve arqueo de su espalda, del aroma de su piel, de los nuevos gemidos que nos regale, y de la dulzura de unos ojos que, a buen seguro, por mucho que intenten mantener nuestra mirada, se perderán regularmente en unos parpadeos incrédulos y acompasados al ritmo de un placer que ya intuyen, dulce e insoportable.

Es por tanto menester haber previsto una lámpara de aceite que nos permita recrearnos en tan hermoso espectáculo, mientras nuestros embites surten el efecto deseado.

Tiempo ha de que el caballero demuestre su maestría en el arte del trote ligero, pero sabed que de igual modo se llega al destino con un paso más lento y pausado, dejando una huella más profunda e imperecedera también, a la vez que de tanto en tanto, resulta inclusive de interés para ambos, detenerse por unos instantes, pero sin perder la senda trazada.

Resulta gratificante el placer compartido, no obstante no nos empeñaremos en alcanzarlo… más bien nos ocuparemos de que la dama quede satisfecha, ya que sufrir el martirio de dejarse una melena tan larga como para facilitarnos el acceso a su ventana, es motivo más que suficiente como para compensarla sobradamente, además, y creedme, pocas hazañas superan la de, toda vez satisfecha, dedique toda su atención en colmaros a vos, para lo que a buen seguro, si habéis sido diestros en su satisfacción, se aplicará con la mejor de las disposiciones, permitiendo que toméis plena posesión de su persona, y por un instante, os sintáis tan vulnerable, cansado y dichoso, que hasta el más torpe de vuestros enemigos podría daros muerte mil veces.

Miradla entonces feliz y orgullosa, sabedora de que en su interior atesora el fruto de vuestro esfuerzo, y no dudéis en abrazarla entonces, pues abrazáis a la niña, a la madre, a la esposa, a la amante, y tomad aliento nuevamente sin entregaros al sueño, pues ya descansaréis en la tumba, no ahora, cuando lo que celebráis es la vida.

Fdo.: Merlín, enfermero del reino.

hagámonos un cine

Ni exámenes, ni trabajos, ni exposiciones, ni talleres, ni seminarios, ni las prácticas, ni las visitas programadas, ni portafolios, ni cualesquiera otra forma de intentar hacer que los días tengan 30 horas, impedirá que siga disfrutando de una buena película siempre que me apetezca… si no tengo mi tiempo para el desayuno, siempre me quedará el baño y el portátil (si no hay papel no es por falta de mantenimiento, es para evitar las sucias tentaciones).

El que durante la peli no ha tenido tiempo de hacerse un lavado social de manos previo a orinar (luego repetir la operación), de pasar un cuestionario para el trabajo de investigación, de repartir unos condones mientras improvisa para dar una charla de fomento de la salud a la fila de los mancos y de analizar el valor nutricional de las palomitas del kiosko para confeccionar una dieta personalizada, no vale para esto… o dicho de otra manera… «Buscáis la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor» -me suena a serie de los 80-.

ella te quiere como amigo

Pablo Motos / Fabio Fosca reflexionan sobre este asunto, con algunas licencias que yo mismo me he permitido:

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es «tenemos que hablar…», pero no, la peor frase que te pueden decir es «yo también te quiero… pero solo como amigo».

Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la escucha, el más enrollado… pero que no va a salir contigo, va a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella, eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti para pedirte consejo.

Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: «González, es usted la persona idónea para el puesto, el que tiene mejor Currículum Vitae, el más preparado… pero no le vamos a contratar; vamos a coger a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?».

Me pregunto, ¿qué he hecho mal?. Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café…, ¿a partir de qué café nos hicimos amigos?, ¿del quinto?, ¿del sexto?, joder, eso se avisa. ¡uno menos, y ahora me estaría acostando con ella!.

Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampón, puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar…, lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales.

Es que si lo piensas… si para una tía considerarte «su amigo» consiste en arruinar tu vida sexual, ¿qué hará con sus enemigos?.

A mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos «follar como amigos».

Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría. Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto, pero para ti no, para ti significa que si una noche estáis en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra… ¡a lo mejor consigues enrollarte con ella!.

Por eso tragas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué se lía con el otro?, pues ya romperá… cuando lo hace, tú atacas con la técnica de «consolador»:

«No llores, el pavo ese es un chulo, tú te mereces algo mejor, un tío que te comprenda, un tío que sepa estar ahí cuando lo necesitas… que sea sensible, castaño, que no sea muy guapo, que se llame Carlos… ¡como yo!».

Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar a la competencia, es la denominada técnica del «gusano miserable». Cuando ella te dice:
– Ay, que majo es Paco, ¿verdad?.
– ¿Paco?, es muy majo, sí… un poco bizco.
– No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna.
– Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta.
– No la miraba a ella, me miraba a mí.
– ¿Ves como es bizco?.

El colmo es que las tías consideran que tienen una relación «superespecial» con un tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. Pero bueno, ¿lo «superespecial» no sería que sí pasara algo?.

Un día después de una fiesta, te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre, y cuando acabáis, ella dice:
– Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?.
– ¿Y dónde duermo?.
– Pues en mi cama.

A ti te tiemblan las piernas: «¡ésta es mi noche, se han alineado los planetas!»; al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como sois amigos, con toda la confianza del mundo, se acuesta con una minúscula camiseta y las braguitas, y tú, visto lo visto piensas «con la alineación de planetas que llevo encima, me voy a tener que quedar en gallumbos».

Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella se mete, te pega el culo y te dice «hasta mañana» ¡y se duerme!; «pero bueno, ¿cómo se ha podido dormir tan pronto? ¿pero esta tía no reza ni nada?».

¡Estas acostado con la tía que te gusta!. Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte, eres el tío mas caliente del mundo.

¡Y que larga se te hace la noche!. Te vienen a la cabeza un montón de preguntas: «¿tocar una teta con el hombro será de mal amigo?, ¿y si es la teta la que me toca a mí?». Pero después de muchas horas ya solo te haces una pregunta: «¿cómo puedo ser tan gilipollas?».

No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga «venga tonto, que ya has sufrido bastante, ¡hazme tuya!». Pero no, a las tías nunca les parece que hayas sufrido bastante. Y mira que sufres…, porque tienes toda la sangre del cuerpo acumulada en el mismo sitio, y hasta se te nubla la vista por la falta de riego.

Pero ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la puerta:
– ¡Ay, es Paco!
– ¿Paco?, ¿pero no le habías dejado?
– Ya te contaré, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que iba a traer su perro, porque como nos vamos a Vaqueira, yo le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar con nadie. ¡Tú si que eres un amigo!… tienes mala cara, ¿has dormido bien?.

Y ahí te quedas con el perro, que ése sí que es el mejor amigo del hombre.

ocurrencias de media noche

Hay veces en las que uno consigue oír a otro sin juzgar, sin dejar que sus propias ideas interfieran en ese acto de comunicación; eso me ha ocurrido hoy, cuando una persona a la que aprecio me dijo que salía con un chico pese a que él era un crápula, porque decidió aceptar la situación cuando se dijo «la mía es una apuesta a largo plazo, ya que cuando él se canse de picotear, yo estaré ahí». En un mundo en el que nadie está dispuesto a pasar por la «humillación», seguro que son mayoría los que piensan que esa persona tiene un velo en los ojos o una baja autoestima… nada más lejos de la realidad, creo que hace falta ser de una pasta muy especial, tener las ideas muy claras o querer en el más amplio sentido de la palabra, para llegar a esa conclusión… y es que aunque mi amiga es muy dulce, realmente creo que es una de las personas con más fortaleza que conozco.

Esa fortaleza y esa sinceridad, muchas veces se pierde en una relación «normal», bien sea porque uno se acomoda, deja de comunicarse, o da por hecho que el otro siempre estará ahí y deja de luchar cada día por mantener viva la llama… sea como fuere, parece que hay veces que puedes ser tu mismo e ir a tumba abierta con un amigo, pero no con una pareja, y eso es terrible.

Y ahora, como no, la moraleja:

Nos hemos rodeado de tópicos -te quiero tal como eres- y de ritos -en lo bueno y en lo malo-, y a fuerza de repetirlos, nos hemos olvidado de la verdadera esencia que se esconde tras esas palabras…, así que hoy las reivindico y digo que «te quiero tal como eres», y que espero que nunca tengas que recurrir a un extraño  para contarle algo o a callar, porque entonces, aunque creas ganar… ya habrás perdido.

Una de las mejores cosas del celibato, es que hay veces que te sientes como un ser divino, y llegas a tocar por un instante el alma de las personas, y aunque el sexo es gratificante… esto lo es aún más.

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