ocurrencias de media noche
Hay veces en las que uno consigue oír a otro sin juzgar, sin dejar que sus propias ideas interfieran en ese acto de comunicación; eso me ha ocurrido hoy, cuando una persona a la que aprecio me dijo que salía con un chico pese a que él era un crápula, porque decidió aceptar la situación cuando se dijo «la mía es una apuesta a largo plazo, ya que cuando él se canse de picotear, yo estaré ahí». En un mundo en el que nadie está dispuesto a pasar por la «humillación», seguro que son mayoría los que piensan que esa persona tiene un velo en los ojos o una baja autoestima… nada más lejos de la realidad, creo que hace falta ser de una pasta muy especial, tener las ideas muy claras o querer en el más amplio sentido de la palabra, para llegar a esa conclusión… y es que aunque mi amiga es muy dulce, realmente creo que es una de las personas con más fortaleza que conozco.
Esa fortaleza y esa sinceridad, muchas veces se pierde en una relación «normal», bien sea porque uno se acomoda, deja de comunicarse, o da por hecho que el otro siempre estará ahí y deja de luchar cada día por mantener viva la llama… sea como fuere, parece que hay veces que puedes ser tu mismo e ir a tumba abierta con un amigo, pero no con una pareja, y eso es terrible.
Y ahora, como no, la moraleja:
Nos hemos rodeado de tópicos -te quiero tal como eres- y de ritos -en lo bueno y en lo malo-, y a fuerza de repetirlos, nos hemos olvidado de la verdadera esencia que se esconde tras esas palabras…, así que hoy las reivindico y digo que «te quiero tal como eres», y que espero que nunca tengas que recurrir a un extraño para contarle algo o a callar, porque entonces, aunque creas ganar… ya habrás perdido.
Una de las mejores cosas del celibato, es que hay veces que te sientes como un ser divino, y llegas a tocar por un instante el alma de las personas, y aunque el sexo es gratificante… esto lo es aún más.