de reCHUPETE
Llevo un par de días de prácticas en neonatos, ayer bien, hoy francamente aburrido, ya que prácticamente no hay nada que hacer, así que no hago más que disfrutar de mi nuevo trastorno obsesivo compulsivo con la higiene de las manos, en un entorno en el que paso totalmente desapercibido, y poniendo chupetillos a diestro y siniestro.
He de reconocer que mi predisposición hacia el servicio era mala, no por tener referencias negativas, sino «por el tipo de pacientes», aunque por lo menos he dado mi primer biberón, y todo ello sin que el niño llorara, me vomitara encima, me pateara o intentara morderme con sus encías sonrosadas. Ya tengo paciente preferida, es una prematura pequeñita y que no llora, se limita a ponerse roja, arrugarse, abrir la boca y emitir un gemido como si fuera un maullidito muy leve… mientras otros agarran la tetina con ansia, ella lo toma delicadamente, sorbe un poquito mientras abre los ojos en forma de rendija, y luego descansa otro poco o se duerme cansada, con lo que hay que estimularla y siempre se ha de terminar dándole otro poquito por la sonda.
Poco más, pasado mañana tengo examen de farma, y estoy absolutamente volcado con él, así que ya se porqué he tenido que volver a graduarme la vista (significativa pérdida desde la última graduación hace exactamente un año); esta vez me he decantado por las lentillas para las clases y las prácticas, y dejo las gafas exclusivamente para estudiar en casa, así que nadie me acuse ni de mirar libidinosamente ni de provocar con la mirada, ni de sostener la mirada una fracción de tiempo que pueda implicar el más mínimo equívoco… con lentillas me cuesta un poquito más acomodar la visión, así que si alguien se molesta, prometo ponerme al día siguiente la camiseta negra con letras blancas que pone en el pecho «yo también te estoy mirando exactamente AHÍ en este momento (estamos en paz)».