cuesta resistirse

por mucho que la historia es terca y nos enseña una y otra vez que cuando se orquesta algo para conseguir un fin espurio, raras veces se alude expresamente a ese fin; manipulamos y utilizamos el sentido tribal del grupo, eligiendo una víctima propiciatoria, ensuciando su imagen, y finalmente actuamos contra él «según pide el pueblo»… que pide según se le dicta.

Hoy estoy particularmente harto de la condición humana que pasa por la patraña de los unos, y las actitudes sumisas y borreguiles de los otros.

¡que les den por donde amargan los pepinos!… y al futbol ¡también!

Los comentarios están cerrados.

This site is protected by WP-CopyRightPro