«destroyer»
Un amigo me definió una vez como «destroyer» a esa época que hay tras abandonar una relación, y salir otra vez con tías; algo así como quien va a la feria del queso, con ganas de probar de todo, sin intención de comprar nada para llevarse a casa.
Es esa época en la que después de haber llorado por dentro hasta quedarte seco, un día tropiezas y al volverte, no ves ninguna piedra, sino tu propia autoestima, y decides que ya está bien.
Y llega esa época, y está bien; comprendes que hay muchos quesos para probar, y tan siquiera hay que ser demasiado espabilado para saltar de plato en plato; es más, amén de ejercitar el suelo pélvico, aumenta tu ego, tu autoestima abandona la parte distal de las EEII, y por mucho que te esfuerces por no banalizarlo y procures ser discreto, eres la envidia de algunos de tus conocidos, que parecen añorar la libertad de los arrumacos sin compromisos.
Pero en el fondo el hombre es un ser inconformista, y con el tiempo (no se cómo se mide o quién lo decide), termina aspirando a más.
Bienaventurados aquellos destroyers que encuentren de nuevo a alguien que les importe más que ellos mismos, y más bienaventurados los que encontrándolo, frustren sus expectativas, porque los unos y los otros, volverán a sentir, aunque duela… y eso es lo que importa.
El amoL es bastante egoísta después de todo.