camino
Hace una semana o dos, recomendé, sin haberla visto, una película para un blog de cuidados paliativos, «camino«, basada en la historia real de Alexia González Barros, fallecida en Pamplona en 1985 y actualmente en proceso de beatificación.
No me gusta recomendar algo sin verlo, así que anoche la bajé y hoy he tenido ocasión de hacerlo… no se muy bien qué decir. Reconozco que me ha costado llegar al final… me siento muy identificado por el asunto que se trata (la muerte, el cáncer), y el ambiente religioso opresivo que rodea a la protagonista, una niña de once años.
Me ha costado mucho terminar de verla, es verdad, he visto reflejada en la película a mi propia familia, las verdades a medias, las cartas que no llegan, el no permitirse quejarse cuando duele, el ver en todo lo malo un regalo de Dios… y al final y pese a todo, pese a la permanente negación del amor, este se abre camino no se sabe cómo, y es que quizás estamos tan jodidamente ciegos, que no vemos que ahí está nuestra verdadera salvación, lo que nos hace mejores, libres e inmortales y el verdadero pecado es ver pecado en ello.
A pesar de mi permanente conflicto con estos temas, una película discreta, elegante, respetuosa y que, aunque ha generado polémica entre la familia y el Opus Dei, yo aplaudo tanto por el enfoque como por la dirección de Javier Fesser.
Ojalá todo fuera tan sencillo como lo es el mundo visto con los ojos de un niño, ojalá no hicieran falta las religiones, ojalá quede en todos nosotros, un resquicio de la pureza que alguna vez tuvimos.