hagámonos un cine

Ni exámenes, ni trabajos, ni exposiciones, ni talleres, ni seminarios, ni las prácticas, ni las visitas programadas, ni portafolios, ni cualesquiera otra forma de intentar hacer que los días tengan 30 horas, impedirá que siga disfrutando de una buena película siempre que me apetezca… si no tengo mi tiempo para el desayuno, siempre me quedará el baño y el portátil (si no hay papel no es por falta de mantenimiento, es para evitar las sucias tentaciones).

El que durante la peli no ha tenido tiempo de hacerse un lavado social de manos previo a orinar (luego repetir la operación), de pasar un cuestionario para el trabajo de investigación, de repartir unos condones mientras improvisa para dar una charla de fomento de la salud a la fila de los mancos y de analizar el valor nutricional de las palomitas del kiosko para confeccionar una dieta personalizada, no vale para esto… o dicho de otra manera… «Buscáis la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor» -me suena a serie de los 80-.

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