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Cuando alguien a quien quieres desaparece, no lo pierdes de golpe, lo pierdes a trocitos… con el tiempo… como cuando alguien deja de escribirte…
– Ya no se que hacer contigo, no puedo hablar con tus padres, nunca vienen a misa… todos necesitamos que nos des un respiro… lo siento, pero la Biblia dice que «será escarmentado aquel que abandone el camino».
– «Imponer castigo a quien no ha pecado no está bien, azotar a un alma noble es injusto»
– Lo conozco, proverbio 17 versículo 26, eso está bien, pero recuerda… «la necedad se pega al corazón del muchacho, la vara de la disciplina la apartará de él»
– «Hombre atinado es el que cohibe la ira y tiene a honra ignorar la ofensa»
– ¡Está bien!… ¿qué quieres que haga, qué quieres que diga?
– Quiero saber que hay una razón para todo… antes lo sabía, pero ahora no estoy seguro… quiero que me diga que Dios tiene un plan para mi… un plan para todos nosotros… por favor
– Francamente, no lo se… espera… ¿a dónde vas ahora?
– A casa
– ¿Por qué?, nadie te espera
– Bueno… es Navidad
he roto un vaso
después de beber un sorbo de agua. Simplemente fui a ponerlo en el fregadero, y el golpe seco contra el borde bastó para que se hiciera añicos.
De repente me sorprendo dándole una importancia desmesurada, y me doy cuenta de que mi infancia secuestrada y los años de vivir en soledad me han vuelto maniático e injusto… simplemente he roto un vaso, y no me pasaba hace muchos meses, porque sencillamente apenas los uso; en una casa llena de vida las cosas se rompen, pero hasta los vasos, antes de hacerlo, tienen la oportunidad de servir para lo que fueron creados, dejarse besar por unos labios sedientos… creo que después de todo, el peor drama para mi vajilla es el de no correr nunca ningún riesgo.
De repente he sentido una necesidad que no conocía, y conduzco despacio hasta la Orotava, no llevo flores, porque no las necesitamos; solo quería deciros que aún sigo aquí, que lamento no saber hasta qué punto éramos/somos/seríamos iguales, que muchas veces pienso en vosotros, y que aunque con los años puedo contar nuestra historia como si se tratara del argumento de una película de ficción o de algo ajeno, y que he aprendido a poner cara de poker… aunque he perdonado… aún os necesito.
El triunfo de la insensatez
lo he escrito, necesitaba hacerlo, me ha llevado un buen rato robado al escaso tiempo que me queda antes del último examen, pero tras leerlo y revivirlo, lo he borrado, porque hay días en los que necesito creer en que la verdad supera a la mentira, que el concepto «trabajo en equipo» es algo más que una cortina de humo tras la que se esconde el corporativismo de juzgado de guardia, el insulto fácil y la acusación sin fundamento, porque hay días en los que por mucho que intentes comprender las reacciones de los demás y ser conciliador, te das cuenta de que llevas pintada una diana en la espalda, y que el juez, no es otro que quien sujeta sin disimulo, el arma bajo la toga…
y ya sobran más palabras
¬¬
me has arrancado la sonrisa que necesitaba nacho (gracias)
Perrea, perrea.
Perrea, perrea.
El chiki chiki mola mogollón
Se baila con La NANDA, también con HENDERSÓN,
Dale chiki chiki a las de Primaria
también chiki chiki p’a las de Hospitalaria.
Lo bailan en Urgencias y en Reanimación,
Se baila en las Consultas, y en Rehabilitación
Lo bailan en la Escuela, lo baila la Auxiliar,
Y las supervisoras, lo bailan sin parar.
Y el chiki chiki se baila así (gesticulando):
Uno, el PAEcito
Dos, TOMOTENSIÓN.
Tres, HAGOLASCURAS.
Cuatro, PONGOINYECCIÓN.
Perrea, perrea.
Bailen chiki chiki, báilenlo pacientes,
En la habitación, con todos sus parientes.
Lo bailan en los centros y en la cafetería
Lo bailan en Gerencia, lo bailan todo el día.
Lo baila la estudiante, lo baila el titular
Se baila en los refuerzos, cuando se va a cuidar
Y el chiki chiki se baila así (gesticulando):
Uno, el PAEcito
Dos, TOMOTENSIÓN.
Tres, HAGOLASCURAS.
Cuatro, PONGOINYECCIÓN.
relax total
nunca pensé que lo diría, pero gracias Florence nightingale por darnos el próximo lunes festivo… mientras tanto, me he topado con un antepasado aún más antiguo que la ¿ardilla? de Ice Age…
si después de tanta marcha aún me quedan ganas, quizás me dedique un rato a mi nueva consola, que me tiene enganchado…
vacunanding mode on
en la línea de los informativos, cuando la noticia es que no hay noticia, hay que tirar de lo que sea, así que aprovecho para que un compañero, que no cabe en si de gozo por su reciente adquisición de un móvil de última generación, se luzca con una foto del que suscribe, mientras recibe su última dosis de la vacuna de la hepatitis.
Nótese la generosa disposición de los folículos pilosos que, en mi descargo, diré son una ventaja evolutiva cara a sobrevivir en ambientes hostiles, y no un retoque con el Photoshop (ains). Cualquiera en mi lugar, tras coquetear brevemente con la metrosexualidad en un pasado no muy lejano, comprenderá que prefiera la humillación de que el socorrista de turno me confunda con un can al meterme en el agua, a volver a pasar por la tortura de la cera caliente.
609
Ese es el número que veo en la pantalla del móvil a las 8 de la mañana de un sábado; luego, ya me ha resultado imposible dormir.
Hace un rato, les he llamado yo, para preguntarles qué puede ser tan importante como para llamarme por segundo fin de semana consecutivo a las 8 de la mañana de un sábado, y la operadora, después de cursar la baja de lo que quiera que estuviera dado de alta, aún intenta encasquetarme un contrato de internet móvil….
Luego llamada a 414, porque ya puestos, también quiero dejar de recibir los mensajes de sorteos de un Porsche, concurso por el que tampoco tengo el más mínimo interés, pero que insisten en encasquetarme… la operadora, después de darme la baja, comienza un rosario de preguntas «para anotar su incidencia»:
– ¿Llama Vd. desde el móvil que recibe nuestra publicidad?.
– Si, así es.
– ¿Podría decirme Vd. su nombre y apellidos?.
– Si, soy el señor X.
– ¿Su D.NI.I?.
– 69.696.969
– Muy bien señor X… ¿podría decirme su edad?
– ¿Mi edad?, ¿acaso piensa pedirme una cita?.
– No bueno… facilítime su código postal y dirección.
– Ah, pero… ¿va a venir Vd. misma a recogerme?… veamos, ¿acaso intenta Vd. verificar mi identidad, he de hacerme ilusiones por una cita inesperada o se trata de incluirme en más bases de datos de filiales para continuar bombardeándome con publicidad?.
– Ehmmm bien señor Y (para estar anotando mis datos, ya ha cometido un fallo de bulto), no se preocupe, que le doy de baja de la notificación por SMS …pipipipipipi
Así les va -y nos va-
nada cambia
En el fondo nada cambia, las niñas de mi generación jugaban con la barbie, que como de todos es sabido, tenía como novio a Kent, un rubiales de sonrisa eterna, más interesado por Geyperman que por la muñeca de los mil disfraces, lo que condujo a toda una quinta a la frustración anticipada… las de ahora son la generación Brats, un trío de féminas de labios siliconados y con un toque bolleril, que supongo han puesto de moda las noches de los fines de semana, el sacarse mil fotos con caras de malas y los bailes provocativos siempre entre ellas. -los buitres son los mismos antes que ahora-.
Antes, ir con una chica a una discoteca me permitía (con suerte), acceder al interior, ahora si la chica va conmigo, yo soy su aval (se lleva no dejar entrar a menores de 22, porque no consumen).
En cualquier caso, antes y ahora… estoy fuera de mi elemento, solo que hoy por hoy, no me divierto tanto observando la fauna nocturna, una de dos, o soy más resabiado y ya no provocan mi curiosidad, o sencillamente… hay poca sustancia que analizar.
Cuestión aparte es el busto femenino, que entre siliconas, sostenes de la era espacial, pactos con el diablo, burlas a la ley de la gravedad u hormonas que todo lo invaden, doy fe, ha aumentado (y si, sigo con mi costumbre de no mirar… pero me preocupa ser empitonado si no voy ojo a vizor).
69+1
ese es el número que hace esta entrada en el blog, así que vamos a celebrarlo…
Intentaron que fuera a rehabilitación,
y dije no, no, no.
Sí, me he desmayado, pero cuando recobro el sentido
ni te enteras, ni te enteras, ni te enteras.
No tengo tiempo de ir,
y si papá dice que estoy bien…
él ya ha intentado llevarme a rehabilitación
pero no iré, no iré, no iré.
Prefiero estar en casa con Ray, no me sobran 70 días
porque no hay nada, nada que me podáis enseñar
que yo no aprenda con el Sr. Hathaway.
No aprendí demasiado en la escuela,
y sé que no aprenderé de un vaso de chupito.
Intentan que vaya a rehabilitación,
y digo no, no, no.
Sí, me he desmayado, pero cuando recobro el sentido
ni te enteras, ni te enteras, ni te enteras.
No tengo tiempo de ir,
y si papá dice que estoy bien…
él ya ha intentado llevarme a rehabilitación
pero no iré, no iré, no iré.
Aquel hombre me dijo: ¿Por qué crees que estás aquí?
Y le contesté que no tenía ni idea.
Voy a perderle, a perderle.
Por eso siempre tengo una botella cerca.
él me dijo que sólo estaba deprimida,
bésame y vete a descansar.
Intento ir a rehabilitación,
y digo no, no, no.
Sí, me he desmayado, pero cuando recobro el sentido
ni te enteras, ni te enteras, ni te enteras.
No tengo tiempo de ir,
y si papá dice que estoy bien…
él ya ha intentado llevarme a rehabilitación
pero no iré, no iré, no iré.
Ni siquiera quiero volver a beber
lo que necesito es un amigo
no voy a perder diez semanas
para que crean que estoy sentando cabeza.
No es cuestión de orgullo,
me durará hasta que estas lágrimas se hayan secado.
Intentan que vaya a rehabilitación,
y digo no, no, no.
Sí, me he desmayado, pero cuando recobro el sentido
ni te enteras, ni te enteras, ni te enteras.
No tengo tiempo de ir,
y si papá dice que estoy bien…
él ya ha intentado llevarme a rehabilitación
pero no iré, no iré, no iré.
una historia de desamor más
Ella era una más, pero en su interior sabía que algo excepcional debería pasar, algo que la sacara de la rutina a la que la expresión de su fenotipo la tenía sometida.
Un día tras otro, se limitaba a su trabajo en algún rincón olvidado del organismo, eso sí, en un trabajo muy especializado, limitándose a dividirse de vez en cuando junto a otros cuantos de cientos de miles de sus semejantes, sin conocer más pena ni gloria, hasta que apareció él….
Mientras se acercaba, ella pensó… es un virus voluptuosamente monocatenario, y él, fijándose a su membrana se dijo… tiene una pared celular resistente a los betalactámicos, así que el virus introdujo lentamente su nucleocápside a través de la doble capa fosfolipídica, y cuando se supo dentro, en un último espasmo, le inoculó su ácido nucléico, mientras ella gemía «lisame, lisameeeeeeeeeeeee»; pero no eran esos los planes… lejos de lisarla, tras sintetizar sus constituyentes estructurales en ella, prefirió la gemación, dejándola sola una vez más, sola, agotada y desprovista de buena parte de sus recursos.
Luego ella hizo repaso de su vida, de todos los procariotas y eucariotas que la habían pretendido y se dijo «los que no pensaban con el núcleo, carecían de él, o tenían una nucleocápside tan pequeña, que ni penetraban mis dos capas fosfolipídicas ¡y eso que es discontinua en algunas partes!»
El resto… son enzimas