idilio
Creo que cuando alguien se toma la molestia de escribir algo, vale la pena leérselo, y para mi, la simple posesión de un libro, me parece algo casi mágico, una posibilidad de evadirme, de ponerme en la piel de otros y, con suerte, de aprender cosas divirtiéndome o de reflexionar.
Hace unos pocos días he vuelto a reencontrarme con el placer que supone leer por leer, no necesariamente libros técnicos o de texto, que es prácticamente lo único que vengo husmeando desde hace años… antes me enfrascaba con las novelitas de ciencia ficción o los bestseller heredados de mis hermanos, e impepinablemente se me iban las horas, porque soy un obsesivo de los que una vez comenzada la lectura, no puede parar hasta llegar al final.
No soy muy amigo de las cosas de segunda mano, pero con los libros siempre he hecho una excepción… no hay mejor tributo para un libro, que ser manoseado por mucha gente, y por eso soy de los que prestan (la mayoría no vuelven), y de los que piden (siempre vuelven a su dueño en perfectas condiciones y con rapidez), y cuando puedo, me voy al rastro buscando algo de lectura a precios razonables… me encantan esos cantos amarillentos de los libros cuidados, son como la expresión de la madurez de las personas, que además de las historias que anuncian en su portada, tienen también muchas más vividas de tanto rodar y rodar de mano en mano.
El caso es que ayer me llevé una agradable sorpresa cuando cargando con dos novelas, me tropiezo con un libro al que pensaba hincarle el diente en breve, «urgencias en enfermería (DAE)», de la misma colección que los últimos que llegaron hace poco a casa, así que sin mostrar demasiado interés, se lo quité de las manos al vendedor por un precio más que razonable, y hoy me he dedicado todo el día a hojearlo. Estoy contento, me parece un compendio completísimo sobre las diferentes situaciones de urgencia que se pueden presentar, separadas por patologías específicas, con explicaciones sobre el desarrollo, pautas de actuación, medicación habitual, y el apoyo gráfico necesario para entender los aspectos más farragosos dedicados a las técnicas… este ya se ha ganado un puestecillo de honor en mi librería.
Y ahora me vuelvo a leer, que en lo poco que queda de Carnavales antes de comenzar de nuevo las clases, pienso devorar dos novelitas que tienen muy buena pinta.