derecho a…
«… ser cuidado por personas solícitas, sensibles y competentes, que intenten comprender mis necesidades y que sean capaces de obtener satisfacción por el hecho de ayudarme a afrontar mi muerte» (derechos de los moribundos -Amelia J. Barbus, Wayne State University Detroit-).
Es un bonito deseo final para la última clase de Ciencias de la Conducta, y por eso lo pongo.
Bueno, la asignatura en si ha sido bastante provechosa, y no, no hace falta ser un lince para comprender que mi interés por el tema, que ya me llevó a estudiarlo en el pasado, es más un intento de comprender mis propias reacciones y de vencer mis propios fantasmas, que otra cosa… pero bueno, aquí el que más o el que menos, lleva su lastre en la mochila, y ya hace bastante tiempo que se de la pata que yo cojeo (lo cual en si mismo no es que sea particularmente liberador).
Sospechaba desde hace años, que un cierto grado de bendita ignorancia resulta más que conveniente en ocasiones, y constato que con personalidades como la mía, saber demasiado únicamente es positivo en tanto en cuanto sea capaz de proyectar buenos cuidados a los demás… en mi caso, es harina de otro costal, cuanto más se, peor llevo mis propios procesos, así que eso de que la verdad os hará libres, habría que apostillarlo con un «adaptándola a la realidad y capacidades cognoscitivas de cada cual» (pues menuda sorpresa).
Enfins, que estoy un poco hasta los webs de todo, y con mi particular síndrome premenstrual pre-examen (SPMPE), así que procuremos llevarnos bien.
lo menos parecido a un dominguero
Si veis a alguien en alguna terracita cerca del mar, sin afeitar, con «pelos de almohada», con la mesa llena de papeles, un marcador verde fosforito, garabateando notas en folios, con varios cafés y vigilado estrechamente por el camarero… soy yo.
finde intensivo
son las 8 y pico, y he logrado poner al día los apuntes, adelantar un poco el dichoso portafolio (y no, ni me miró la autoevaluación), y ahora me propongo ponerme a estudiar farma, que el profe ya nos ha pasado el tocho prometido que no dará tiempo a ver en clase, pero que sí será objeto de examen.
La chuletada prevista para mañana (a la que yo no pensaba ir, por mucho que me apetecía), ha sido anulada, al parecer solo un alma cándida se animó… y es que no está el horno para bollos.
¡cuanto daño hicieron en mi inmaduro cerebro años y años de películas americanas sobre despreocupados, alegres y folleteriles universitarios!… lo que yo percibo se parece más a esto…
… por lo menos bailan con ritmo, eso sí.
a la camita
Como un amigo hoy me ha tirado la bronca porque dice que solo vivo para el blog y para la carrera… y como realmente estoy que no puedo, me limito a la cancioncilla.
Lástima, hubiera preferido la versión de Billy Bragg en vez de esta, pero no todo va a ser siempre al gusto de uno… por cierto, mañana le llevo el portafolios a revisión a la profa, incluyendo mi autoevaluación, ya veremos lo que pasa
mea_burro
y eso, dado que hay que estudiar, y que estoy repasando el grupo de los fármacos diuréticos, va bien.
Hoy acompaño esta reflexión con una canción de la película «El rey de California»… no se si es una peli ligera que se les ha ido de las manos y deja ver algo más, algo que pretendía ser más y se quedó en peli ligera o, seguramente, que mi propio estado de ánimo influyó positivamente… el caso es que me ha parecido una bonita historia de hijos y padres, de niños que dejan de serlo pronto, de padres que parecen nacidos para fracasar, de infancias llenas de historias fantásticas que al llegar a la escuela las cuentas y te buscan problemas, de sueños rotos, de amores empeñados, de no poder decir «papá», de chinos corriendo por la playa en calzoncillos ¿¿??… bueno, que si queréis verla, ya sabéis, a poneros el parche en el ojo…
¡se me había olvidao!
… es lo que tiene vivir al margen de la realidad…, no volverá a suceder
… aunque con retraso, felicidades a todas ellas
More Than A Woman – The Bee Gees
y para los que enarbolan la bandera de la bisoñez como cualidad única, los que abominan de todo lo que les suena rancio y gustan menos de las voces de falsete de los anteriores a favor de la voz inmadura de los niñatos «pose» subproducto de la industria discográfica, la versión actual…
llamadme carca… pero no hay color (sin «acritú») 😛
Autoevaluación
Hoy hemos tenido la primera revision del Portafolio, y he llevado parte de lo que tengo preparado, para consultar algunas dudas con la profesora.
Esta tarde, intentando adelantar un poco y dado que mi vida social (en toda su extensión) es equiparable a la de una ameba, me he vuelto a poner con él, para luego poder empezar a estudiar Farma.
Una de las partes que más conflicto me generan en los trabajos y en la evaluación de las prácticas, es la AUTOEVALUACIÓN, así que he dispuesto mi autoevaluación (o mi suicidio), de esta guisa, tal y como se lo presentaré a la responsable de la asignatura al finalizar el portafolios… que los hados me sean propicios…
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Autoevaluación
Peliagudo tema el de la autoevaluación, en mi caso, pedir que me autoevalúe es tan indiscreto como pedirle a una dama que revele su verdadera edad, salvo que sea en un contexto clínico, y aún así, cabría esperar un desviación de +-10 años, dependiendo de la calidad de los autocuidados y coquetería de la susodicha.
Faltando a mis principios, en la última evaluación de las prácticas, por el respeto y consideración que le tengo a una compañera del departamento de MQ, y tras dejar constancia de que a mi juicio una autoevaluación alta únicamente expresa un ego excesivo, mientras que una baja pone de manifiesto una clara falta de autoestima, me incliné por salvar la situación optando por el término medio, en el que “dicen por ahí”, reside la virtud; pero como tras meditarlo largo tiempo, creo que los principios, que no la conducta, son pilares básicos de mi personalidad, y haciendo buena esa idea de que cuantos más años cumplimos, más inflexibles podemos llegar a ser, he decidido retomar mi anterior postura, y dejar al buen criterio docente tanto el juicio del trabajo, como el que seguramente acompañará a la lectura de este apartado.
Sirva como precedente que el año pasado, coincidiendo con que tras un momento de crisis personal andaba yo elaborando una lista sobre las razones por las que estudiaba enfermería, una profesora de primero, en entrevista personal, me preguntó cuál era la razón por la que yo lo hacía (estudiar enfermería)… recuerdo que contesté que esa pregunta tenía más sentido en el contexto de dos amigos tomando un café, pero fiel a mis principios y por no herir susceptibilidades, se me ocurrió decirle que le contestaría si me facilitaba un número del 1 al 40… afortunadamente dijo “el 7” y tras consultar mi lista le respondí “porque fue una revelación y me sabía mal no hacerle caso”, y digo afortunadamente, porque las tenía menos políticamente correctas.
Todo lo expuesto, viniendo de un hombre cuya abuela perdió su registro de nacimiento durante un lamentable bombardeo en el 37, guardó desde entonces para si con celo el secreto de su edad, y muchos años después estuvo apunto de ser condenada por desacato en un juicio, después de que el togado le pidiese que revelase su fecha de nacimiento tres veces antes de declarar y asistiera atónito a la misma respuesta en las tres ocasiones “las dos y media señoría”, es más comprensible, si se enmarca dentro de una resistencia natural heredada.
No quisiera terminar sin citar a un célebre autor, actor y director, que en cierta ocasión y posiblemente en circunstancias similares a estas, no pudo por menos que decir “Estos son mis principios, si a Vd. no le gustan… tengo otros”.
Kid Rock-All Summer Long music video.wma – kid rock
Para los muy vagos o para los «expertos» en inglés como yo 😀
el último de hoy
lo prometo… a ver si el próximo es más ligerito, porque hoy estoy reivindicativo y no es plan, tengo que cultivar más mi lado superficial y eróticopornofestivo.
Respect
Primera entrevista a Jesús Neira tras salir del coma… unas frases para la reflexión.
«La mente no se para porque uno esté en un hospital, muy al contrario, no deja de plantearse lo que ha pasado y por qué ha sucedido. A través del dolor propio he tenido conocimiento del dolor ajeno… en estos meses he sido consciente de situaciones de injusticia que ni siquiera sospechaba que existieran.»
«La violencia contra la una mujer es un acto de iniquidad… esa iniquidad se empieza a disolver cuando la sociedad decide quitar la máscara al maltratador, dejarlo tal cual es, sin bravura, sin coraje, sin dignidad.»
«¿Que si lo volvería a hacer?… no he cambiado y asumo las consecuencias de mis actos, para bien y para mal… mi actuación respondió a lo que yo considero coherente con mi carácter y mi educación.»
«…si mi comportamiento llama la atención en una sociedad donde no gusta que se maltrate a mujeres es porque muy pocos actúan en su defensa.»
«La sociedad no puede ser un muro callado que contempla impasible la brutalidad humana en la más absoluta frialdad…la sociedad llora, cuando debió gritar antes.»
«Me llaman héroe, pero no lo soy, soy simplemente un ciudadano y un hombre libre.»
«Cuando salga de aquí (del hospital) me apetece recuperar mi vida, simplemente eso, tomarme un plato de sopa, charlar sobre las cuestiones de la política o poder ponerme un traje y marcharme a trabajar.»
David vs. Goliat
En lo tocante a ciencia, la autoridad de un millar
no es superior al humilde razonamiento de un hombre.
Galileo Galilei
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas,
de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Mario Benedetti
Toda verdad pasa por tres fases. Primero, es ridiculizada.
Luego, recibe una violenta oposición. Finalmente,
es aceptada como evidente.
Arthur Schopenhauer
Ciencia es aquello sobre lo cual cabe siempre discusión.
José Ortega y Gasset
Con esas citas resume Servando Pérez de 41 años el calvario que lleva viviendo desde 1998. Segundo de su promoción, coordinador Erasmus, director de reconocidas investigaciones internacionales y docente en la Facultad de Ciencias de la Educación de Compostela, notaba como en clase a veces un alumno le hacía una pregunta y él perdía el hilo de la explicación… y eso sólo fue el principio, luego llegó la pérdida de memoria a corto plazo, el cansancio crónico, los problemas gastrointestinales, dermatológicos, genito-urinarios, las alergias, la sensibilidad química múltiple, la fibromialgia, la ansiedad, el estrés, etc.
Servando, con 10 diagnósticos distintos, tres psiquiatras que afirmaban que no padecía trastornos mentales, pero sintiéndose cada vez peor se armó de paciencia, el Harrison de medicina interna y se puso manos a la obra para salvar su propia vida «pese a que mucha gente se burlaba de mi, restándole importancia…. yo a lo que aspiraba era a normalizar mi existencia».
Hoy, diez años después, sabe lo que tiene, acaba de ganar una demanda contra la Seguridad Social, por la cual se le reconoce la incapacidad absoluta total (recurrida por la Seguridad Social ante el Tribunal Supremo), ha creado una asociación de afectados, y acaban de presentar una demanda judicial contra el Servicio Gallego de Salud y otra contra el Ministerio de Sanidad y Consumo.
Es solo una historia de tantas, que no ocupará más que unos minutos en algún informativo, y luego se perderá en el olvido, pero son 11 años de dolor y humillaciones y es una de las historias que más me gustan, la historia de los que solos han tenido que enfrentarse a un Estado insensible y a la defensiva… nuestra versión moderna de David y Goliat.