la chorradilla del día

si Darwin levantara la cabeza…
evoluwoman

evolumen

Bueno, llevo unos días bastante buenos; salgo de clase y no hago más que currar en casa con apuntes e historias, pero estoy concentrado, me acuesto a horas razonables, y salvo por lo mal que me sienta salir a cenar solo, me encuentro bastante bien, centrado, relajado y hasta de mejor humor de lo habitual… ara verás como llega alguien y lo jode…

…como le sucedió a esta reportera retransmitiendo el final de un partido de fútbol (atentos al de la izquierda del vídeo)

Y para cuando esté de bajona, nunca olvidar que hay quien lo pasa peor… mucho peor…Para terminar, una cancioncilla del 69 (no penséis mal), que más adelante ha servido de banda sonora de pelis tan notables como Cowboy de media noche… ya sabéis, si queréis culturizaros más, a tirar de bibliografía, que no os voy a dar todo masticado 😉

Everybodys Talkin – Harry Nilsson

¿mandeeeee?

hace unos minutos en el MSN, hablando con un compañero de 3º (y si, sabe que voy a postear esto para su mayor escarnio y vergüenza pública, al tiempo que demostraré que hay veces que yo mismo pienso más en parámetros de cantidad que de calidad…)

Yo:  ¿Cuánto te ocupó el portafolios de MI el año pasado, recuerdas?

El:  Joder no me acuerdo, se que me quedó muy chulo, un par de páginas

Yo:  Un par son… 20, 30, 40… ¿más?

El:  No tantas, no menos de 20 y menos de 15 creo

¿eing?

Yo:  Eres un capullo, pero te dejo elegir la música que acompaña al texto, ¿alguna preferencia?

El:  Me da =

Yo:  Okis

El:  Ya lo leí capullo, ya me exras de menos

poweno, pofale, pomalegro 😛

y por eso pongo yo la canción, y si, ya me he dado cuenta de que voy tendiendo últimamente al remember y a las «love songs», dita sea, puñeteras hormonas… cawentoloquesemenea


I Love Your Smile – Shanice

P.D. Va por ti, mi impertinente amigo (nunca agradecí más el no tener activados los comentarios) jojojojojo

volvemos al ruedo

y esa vuelta al ruedo merece, más que las dos orejas, dos tardes saliendo tarde, una por un vídeo y la otra por un seminario… solo espero que ambos estén a la altura del sacrificio (aunque por lo que respecta al vídeo, y a tenor de las experiencias previas, eso me parece mucho esperar).

Estos momentos son un poco como estar en el ojo del huracán… a un mes del comienzo de las prácticas y de los exámenes, sin mucho más que hacer que pasar apuntes, preparar alguna presentación para clase y leer un poco el temario, pero sabiendo que en dos semanas empezará el jaleo de verdad, los agobios, los nervios y las prisas (la sonrisa sarcástica de nuestro sarcástico profesor de farma, al recordar hoy la fecha del examen, no hace más que presagiar que lo antes citado lo será, pero elevado al cuadrado).

O hay alguien sacando fotos con flash, o fuera hay una tormenta de mil pares, así que unas frasecillas para la posteridad antes de meterme en la camita (pronunciadas con el particular acento y entonación del interfecto ganan mucho).

– Este medicamento es de los «super mega extra maxi potentes», ojito con él.

– ¿Hay alguien aquí del Barsa? ¿no? ¿si?… ¡¡¡ala Madrid!!!.

– El componente que incluye en la fórmula este fármaco es perjudicial en personas «sssssssensssiblesssssssss» a dicho excipiente «ossssssea» que no nos vale.

– Por tanto, en una crisis hipertensiva, este sería nuestro medicamento de elección ¡¡¡elección con «L»!!!.

– ¿Alguien conoce la función de la Renina? -silencio en clase-, ¿alguien conoce la función de la Noradrenalina? -silencio en clase-…. ehmmm hola, ¿hay alguien?, ¿esta es la Escuela de Enfermería verdad?… ¿¿¿alguien conoce a alguien???, ¡¡¡¡que levante la mano podió!!!!.

– ¡Cuánto daño ha hecho la LOGSE!.

(saliendo de clase para pedirles a los de primero que están en el pasillo que bajen la voz)… joe, salgo, les miro sin decirles nada y se callan al instante… son casi tan tontos como los del año pasado (los del año pasado somos nosotros).

– Entonces va «la Doctora Grey«, le extiende la receta, pero el otro no se lo toma, y así no hacemos «ná de ná».

– Y vosotros os preguntaréis «peroetoqueéloqueé».

Y su favorita…

– Esto es «bastante muy puñeteramente complicadillo de entender», pero tranquilos, vamos a intentar que quede claro…

… ¿y sabes qué?… que siempre queda claro

gracias Luis, con gente como tú, uno termina realmente enamorándose de la Farma.

When You Say Nothing At All – When You Say Nothing At All

idilio

Creo que cuando alguien se toma la molestia de escribir algo, vale la pena leérselo, y para mi, la simple posesión de un libro, me parece algo casi mágico, una posibilidad de evadirme, de ponerme en la piel de otros y, con suerte, de aprender cosas divirtiéndome o de reflexionar.

Hace unos pocos días he vuelto a reencontrarme con el placer que supone leer por leer, no necesariamente libros técnicos o de texto, que es prácticamente lo único que vengo husmeando desde hace años… antes me enfrascaba con las novelitas de ciencia ficción o los bestseller heredados de mis hermanos, e impepinablemente se me iban las horas, porque soy un obsesivo de los que una vez comenzada la lectura, no puede parar hasta llegar al final.

No soy muy amigo de las cosas de segunda mano, pero con los libros siempre he hecho una excepción… no hay mejor tributo para un libro, que ser manoseado por mucha gente, y por eso soy de los que prestan (la mayoría no vuelven), y de los que piden (siempre vuelven a su dueño en perfectas condiciones y con rapidez), y cuando puedo, me voy al rastro buscando algo de lectura a precios razonables… me encantan esos cantos amarillentos de los libros cuidados, son como la expresión de la madurez de las personas, que además de las historias que anuncian en su portada, tienen también muchas más vividas de tanto rodar y rodar de mano en mano.

El caso es que ayer me llevé una agradable sorpresa cuando cargando con dos novelas, me tropiezo con un libro al que pensaba hincarle el diente en breve, «urgencias en enfermería (DAE)», de la misma colección que los últimos que llegaron hace poco a casa, así que sin mostrar demasiado interés, se lo quité de las manos al vendedor por un precio más que razonable, y hoy me he dedicado todo el día a hojearlo. Estoy contento, me parece un compendio completísimo sobre las diferentes situaciones de urgencia que se pueden presentar, separadas por patologías específicas, con explicaciones sobre el desarrollo, pautas de actuación, medicación habitual, y el apoyo gráfico necesario para entender los aspectos más farragosos dedicados a las técnicas… este ya se ha ganado un puestecillo de honor en mi librería.

Y ahora me vuelvo a leer, que en lo poco que queda de Carnavales antes de comenzar de nuevo las clases, pienso devorar dos novelitas que tienen muy buena pinta.

muestras gratuitas

Hoy he ido a la farmacia a comprar Blastoestimulina para la cura de mi amigo, y al pagar, la farmacéutica me saca tres sobrecitos y me dice «le dejo unas muestras»… yo miro aquello para ver de qué se trata, y se siente en la obligación de puntualizar «son unos antiarrugas» ¡arghhh!, no he podido evitar decirle «menuda indirecta más sutil» (se ha quedado cortada la pobre)… enfins, que ya estoy en la edad de que me bombardeen con productos para hacerme sentir más viejo de lo que soy… si no estuviésemos en crisis, seguro que sería un cliente de lo más apetecible para concederme créditos al consumo, pero tal y como va la cosa, me tendré que conformar con muestras gratuitas de cremas antiedad.

Es curiosísimo cómo son las cosas… cuando eres un pibe no tienes un duro, dificilmente te comes una rosca (o como yo, te emparejas durante un montón de años y te sales «del mercado»), estás más ocupado en conocerte a ti mismo que dispuesto a asumir a otra persona y sus circunstancias, y cuando finalmente tomas las riendas de tu vida, ya te empiezan a bombardear para encasillarte en un rol… no quiero ni pensar en cómo tienen que llevar esto las tías, a las que se les exige ser guapas, delgadas, monísimas de la muerte y que, llegada una edad, deberían estar colmadísimas de gozo con un par de churrumbeles y seguir siendo deseables para ser «normales» y que su autoestima no termine por los suelos… aún nos falta mucho, muchísimo para ser verdaderamente una sociedad libre de prejuicios y tabúes (yo, por si acaso, me quedo las muestritas, no vaya a ser que la farmacéutica tenga razón).

Me he dado cuenta de que cuanto más me encasillan, más miro hacia atrás, así que hoy traigo una canción que sonaba cuando yo tenía 5 ó 6 añazos… como era el quinto (e inesperado) hermano, y los otros cuatro se llevaban, como era habitual, un año o poco más, estaban todos en plena edad del pavo (en aquella época se decía «efervescencia juvenil»), y se encerraban cuando nuestros papis estaban fuera en una habitación, para fumar, poner un disco en el «tocata» (un chisme redondo de plástico que se tragaba el disco de vinilo y tenía altavoz incorporado), y bailotear o tramar revoluciones contra el dictador -Franco, no la figura paterna… que también-. Así que un día en el que llovía, volví ensopado de revisar mi charca favorita llena de renacuajos, y me planté frente a la puerta… olía más raro de lo habitual… una semana antes mi padre había tenido en la consulta a un hombre negro (yo jamás había visto a un negro, así que me pegué un buen rato espiándole hasta que le pregunté si su mamá no le lavaba, tras lo que él se rió con esa voz gangosa y profunda y yo me gané un azote de mi madre, que posiblemente tampoco había visto un negro en su vida, y que no alcanzó a darme el segundo, porque yo era un salvaje criado en el campo y corría como una liebre)… la marihuana había aterrizado en el pueblo de manos de aquel marine… y mis hermanos se meneaban al ritmo de la música; cuando me vieron espiando, me dieron con la puerta en las narices, y yo, con un mosqueo importante porque me daban de lado, sin saber muy bien por qué, grité «pues se lo diré todo a mamá»… ains, la puerta se abrió y salió una de mis hermanas… luego solo recuerdo que me dio unos metros de ventaja y me dijo «corre»… salí disparado hacia la casa de los vecinos, donde vivía mi noviecilla y donde solía merendar, porque su madre siempre me daba un pedazo de chocolate con pan, y eso me gustaba casi más que ella… y me giré, y solo vi una locomotora que me ganaba terreno en cada zancada, así que aterrizé humillantemente sobre la hierba mojada y solo tuve tiempo de volverme para ver horrorizado como mi hermana se sentaba sobre mi cara y aullando de placer, se tiraba un sonoro y triunfal pedo en mi jeta… ains… enfins, a lo que iba, la música que sonaba era esta…

Mama Told Me Not To Come – Tom Jones & Stereophonics

ya tengo moto de new

estoy tan contento, que no me importó que lloviera a cántaros al ir a buscarla, ni que, por olvidar mi casco en casa, me tuvieran que dejar uno que parecía un orinal (y olía como tal).
vomitar

de resto, poco más, vivo de espaldas al Carnaval viendo pelis como un poseso, saliendo de S/C todo lo que puedo, adelantando algunas cosillas de clase, y quizás lo más destacable, haciéndole unas curas a un amigo y documentándolas por si más adelante procede publicar algo al respecto… estoy contento porque en planta suelen pasar dos cosas, la primera, que nunca terminas de ver el fruto de tu trabajo, ya que los pacientes suelen irse y terminar sus curas en casa o en AP, la segunda es que no es infrecuente que sigas una línea de trabajo, y en otro turno, a alguien le de por simplificar el concepto de cura en ambiente húmedo, y volverse al betadine, con lo que es imposible comprobar los resultados de un trabajo concienzudo… el caso es que mi amigo cicatriza fatal y las dos primeras curas se las hizo él mismo siguiendo las indicaciones del médico (betadine y al aire), con lo que cuando yo le pillé, cualquier parecido a un buen tejido de granulación era pura coincidencia… no obstante, creo que se ha podido reconducir la situación bastante bien… ya veremos los resultados al final, esto es como un bonito romance, lleva su tiempo.

Mientras, ahora me viene a la mente la canción Stuck in the middle with you que sonaba en Reservoir Dogs, la primera película de Quentin Tarantino


Stuck In The Middle With You – Stealers Wheel

curioso

más curioso todavía… ¿a los puritanos americanos se les ha colado esto en un spot de TV?

y la última saga de groupama seguros con Iker Casillas (curiosamente los spots han sido rodados por Javier Fresser, el director de «Camino», película ya comentada)

vaya corte amigo…

este comentario y la réplica no tienen desperdicio… leed, leed (aquí la fuente original)

vacaciones y notas

a la excitación propia por ser el último día de clases antes de las vacaciones de carnaval, se unieron hoy las caras largas y los corrillos entre los compañeros, por sus evaluaciones de las prácticas; existe una extendida queja generalizada en relación a la evaluación que se hizo en las unidades, y es que a la mayoría, le parece que las calificaciones fueron puestas al libre albedrío, a la baja, o sin la debida imparcialidad… en mi caso, me han retorcido el brazo para que me autoevalúe, así que he optado por lo de otras veces, ponerme en un término medio estricto, y por lo que escucho por los pasillos, es la tónica general.

Vamos por partes:

1º Confundir alumno con profesional. Básicamente la idea es que el estudiante en planta despliegue un conocimiento práctico de algo que únicamente ha visto en la teoría (en ocasiones ni eso), así que se puede caer en la tentación de «marcar» a alguien por el simple hecho de no mostrar soltura en una técnica, sin tener en cuenta que las prácticas son precisamente para eso, «para aprender a hacer». Lo más perverso de este supuesto, es que hay quien ni se molesta en enseñar a hacer, sino que sencillamente adopta la actitud de «quita que molestas y me retrasas», pero eso sí, luego se permite el lujo de calificar (a este grupo en particular sí que habría que hacerle una evaluación por parte del alumno, que ya que percibe unos ingresos por formación, también habría que valorar la calidad de su docencia -o la falta de ella-). Puestos a reflexionar, el mal profesor del pasado, no tiene razón alguna para quejarse del bajo nivel formativo de alguien que pasara una vez por sus manos… al fin y al cabo, estuvo en disposición de enseñarle, pero falló.

La contrapartida está en que el alumno mantenga una actitud positiva, sea curioso, pregunte y abra bien los ojos, para que aproveche al máximo cualquier posibilidad de aprender que se le ponga a tiro, ya que el día de mañana, se tendrá que buscar la vida solo… y es que de todo hay… como en botica, y los garbanzos negros no sólo se encuentran en los sacos de legumbres.

2º Equivocar el objetivo de las prácticas. Cuando hablo de esto, me refiero a que existe una idea extendida en las plantas en relación a que el alumnado «ha de sacar el trabajo adelante», y eso es una perversión. El alumnado no es el machaca de nadie, y aunque no lo diga en la planta, toma nota de quien le delega tomar tensiones o temperaturas a todos los pacientes, mientras el otro se eterniza tomando un café… aunque por otro lado, a todo alumno le gusta que le deleguen funciones, ya que ello lleva implícito un reconocimiento al dominio de determinadas técnicas. Llegados a este punto, como en casi todo, habría que conseguir un término medio, en el que el alumno pueda desarrollar con cierta autonomía sus prácticas, sin convertirse necesariamente en un robot que repite una y otra vez las tareas más simples y tediosas, y el personal debería recordar que el alumno que se le ha encomendado, puede cometer errores cuyo último responsable será quien le supervisa… y mucho ojo con esto, que una cosa es lo que se dice por los pasillos o en las clases, lo que se cree que el alumno sabe o deja de saber, o la tendencia de muchos a creer que la bisoñez es sinónimo de estupidez… y otra muy diferente la realidad de un juzgado con una demanda por negligencia sobre la mesa donde, a buen seguro, el que saldría mal parado… no sería el alumno.

3º Complejos. De esto habría mucho que hablar, tanto por una parte, como por la otra. Tan cargante resulta el personal abusón que luego en segundo o en tercero se torna «amistoso» (dos polos opuestos pero igualmente molestos), como el alumno que jura y perjura «putear» a su vez, cuando tenga responsabilidad en la planta, o alumnos a su cargo. Hay personas que verdaderamente parece que no maduran nunca, aunque desde mi punto de vista, el personal de la planta, por edad, por profesionalidad, y por conocimiento propio del término «trabajo en equipo», debería estar a un nivel muy por encima de este tipo de situaciones; desde luego, no debería generarlas, y evidentemente, si las detecta, debería reconducir la situación… se que es complicado, pero formar a alguien, no es simplemente hacerlo en «técnicas» (¿a alguien le suenan los contenidos transversales, a alguien le suena el CAP?), igual que ser madre no es simplemente «parir»… e igual que una madre se vuelca más con el hijo díscolo, las personas que presentan rasgos de este tipo, necesitarían más atención (¿se va notando lo verdaderamente jodido complicado que es tener a alguien bajo nuestra responsabilidad?).

4º «Observaciones». Curiosamente yo no tengo valoraciones en mis hojas, pero algunos compañeros comentan las suyas  y, o bien han leido mal, o quien las escribió tenía un verdadero problema (de ortografía por un lado -según me comentan-, y de objetividad por otro). Yo me remito a un caso que me contó una amiga enfermera, en relación a una alumna a su cargo, que tenía un verdadero problema para realizar la canalización de una vía… por lo visto, la chavala se resistía a intentarlo (era su demonio particular), e incluso somatizaba el tema… el caso es que la enfermera se las arregló para localizar a un paciente particularmente colaborador, e hizo que cuando se disponía a mostrarle una vez más el método a la alumna, la llamaran por una supuesta urgencia, quedándose por los alrededores, pero lejos de la vista de la alumna, a quien le encargó realizar la técnica. La muchacha no solo canalizó la via, sino que logró superar sus miedos, y la enfermera anotó en la hoja de observaciones algo así como… «quisiera que la alumna, cuando se enfrente a algún reto que le parezca complicado, recordase lo bien que lo hizo la primera vez que logró coger una vía»… no se vosotros, pero yo recordaría a esa enfermera siempre con muchísimo cariño.

Una última reflexión en cuanto a esto… creo que si alguien es incapaz de lograr que un alumno a su cargo realice tareas que puedan ser consignadas como refuerzo positivo en las observaciones, debería plantearse que quien lea sus notas, se cuestionará seria y fundadamente su capacidad para la formación (y eso pasa… me consta).

Bueno, habría mucho de lo que hablar en relación a las cosas que pasan en las prácticas, a las interpretaciones subjetivas, a la falta de ganas (todo ello por parte y parte), pero creo que me quedo con mi visión personalísima y si se quiere, un poco «flowerpower«; yo creo que el personal sanitario está hecho de una pasta especial, cuida esperando poco o nada a título personal, vive su trabajo con intensidad, y en vez de un pañal lleno de caca, sabe ver a la persona con necesidad de autocuidados, a la que no le gusta ser dependiente, la que se averguenza por hacer que otro le limpie el trasero, y si desempeña bien su labor… es como si encendiese una luz para esa otra persona… con la ventaja de que también ilumina su propio camino… ¿las notas?… pues francamente, me traen al pairo 😀

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