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de reCHUPETE
Llevo un par de días de prácticas en neonatos, ayer bien, hoy francamente aburrido, ya que prácticamente no hay nada que hacer, así que no hago más que disfrutar de mi nuevo trastorno obsesivo compulsivo con la higiene de las manos, en un entorno en el que paso totalmente desapercibido, y poniendo chupetillos a diestro y siniestro.
He de reconocer que mi predisposición hacia el servicio era mala, no por tener referencias negativas, sino «por el tipo de pacientes», aunque por lo menos he dado mi primer biberón, y todo ello sin que el niño llorara, me vomitara encima, me pateara o intentara morderme con sus encías sonrosadas. Ya tengo paciente preferida, es una prematura pequeñita y que no llora, se limita a ponerse roja, arrugarse, abrir la boca y emitir un gemido como si fuera un maullidito muy leve… mientras otros agarran la tetina con ansia, ella lo toma delicadamente, sorbe un poquito mientras abre los ojos en forma de rendija, y luego descansa otro poco o se duerme cansada, con lo que hay que estimularla y siempre se ha de terminar dándole otro poquito por la sonda.
Poco más, pasado mañana tengo examen de farma, y estoy absolutamente volcado con él, así que ya se porqué he tenido que volver a graduarme la vista (significativa pérdida desde la última graduación hace exactamente un año); esta vez me he decantado por las lentillas para las clases y las prácticas, y dejo las gafas exclusivamente para estudiar en casa, así que nadie me acuse ni de mirar libidinosamente ni de provocar con la mirada, ni de sostener la mirada una fracción de tiempo que pueda implicar el más mínimo equívoco… con lentillas me cuesta un poquito más acomodar la visión, así que si alguien se molesta, prometo ponerme al día siguiente la camiseta negra con letras blancas que pone en el pecho «yo también te estoy mirando exactamente AHÍ en este momento (estamos en paz)».
vamos camino de ser «los mayores»
y lo digo porque hoy tercero ha celebrado por todo lo alto su alegría por terminar las clases y también, por qué no decirlo, el pánico escénico de saber que en unos meses, serán absolutamente responsables de lo que hagan o dejen de hacer ya como enfermeros, sin el colchón de seguridad que supone la escuela… yo lo siento como una mezcla de euforia melancólica, algo raro, no se, en cualquier caso es bonito y esto sólo se vive una vez, y lo se porque yo malgasté la mía en su día, y estoy seguro de que en esta va a primar más el componente melancólico que el festivo… en cualquier caso, aunque durante casi todo el curso he estado más merodeando por su clase que por la mía, hoy no he podido más que hacer una brevísima incursión en su fiesta antes de hacer mutis por el foro.
Hoy me siento un poco como la pieza que no encaja, así que aunque creo que ya ha sonado alguna vez por estos lares, hoy les felicito no como compañero, «el de segundo» o con quien han compartido muchos desayunos en la cafetería… os desea lo mejor a partir de ahora simplemente… un coleccionista de canciones.
derecho a…
«… ser cuidado por personas solícitas, sensibles y competentes, que intenten comprender mis necesidades y que sean capaces de obtener satisfacción por el hecho de ayudarme a afrontar mi muerte» (derechos de los moribundos -Amelia J. Barbus, Wayne State University Detroit-).
Es un bonito deseo final para la última clase de Ciencias de la Conducta, y por eso lo pongo.
Bueno, la asignatura en si ha sido bastante provechosa, y no, no hace falta ser un lince para comprender que mi interés por el tema, que ya me llevó a estudiarlo en el pasado, es más un intento de comprender mis propias reacciones y de vencer mis propios fantasmas, que otra cosa… pero bueno, aquí el que más o el que menos, lleva su lastre en la mochila, y ya hace bastante tiempo que se de la pata que yo cojeo (lo cual en si mismo no es que sea particularmente liberador).
Sospechaba desde hace años, que un cierto grado de bendita ignorancia resulta más que conveniente en ocasiones, y constato que con personalidades como la mía, saber demasiado únicamente es positivo en tanto en cuanto sea capaz de proyectar buenos cuidados a los demás… en mi caso, es harina de otro costal, cuanto más se, peor llevo mis propios procesos, así que eso de que la verdad os hará libres, habría que apostillarlo con un «adaptándola a la realidad y capacidades cognoscitivas de cada cual» (pues menuda sorpresa).
Enfins, que estoy un poco hasta los webs de todo, y con mi particular síndrome premenstrual pre-examen (SPMPE), así que procuremos llevarnos bien.
lo menos parecido a un dominguero
Si veis a alguien en alguna terracita cerca del mar, sin afeitar, con «pelos de almohada», con la mesa llena de papeles, un marcador verde fosforito, garabateando notas en folios, con varios cafés y vigilado estrechamente por el camarero… soy yo.
finde intensivo
son las 8 y pico, y he logrado poner al día los apuntes, adelantar un poco el dichoso portafolio (y no, ni me miró la autoevaluación), y ahora me propongo ponerme a estudiar farma, que el profe ya nos ha pasado el tocho prometido que no dará tiempo a ver en clase, pero que sí será objeto de examen.
La chuletada prevista para mañana (a la que yo no pensaba ir, por mucho que me apetecía), ha sido anulada, al parecer solo un alma cándida se animó… y es que no está el horno para bollos.
¡cuanto daño hicieron en mi inmaduro cerebro años y años de películas americanas sobre despreocupados, alegres y folleteriles universitarios!… lo que yo percibo se parece más a esto…
… por lo menos bailan con ritmo, eso sí.
a la camita
Como un amigo hoy me ha tirado la bronca porque dice que solo vivo para el blog y para la carrera… y como realmente estoy que no puedo, me limito a la cancioncilla.
Lástima, hubiera preferido la versión de Billy Bragg en vez de esta, pero no todo va a ser siempre al gusto de uno… por cierto, mañana le llevo el portafolios a revisión a la profa, incluyendo mi autoevaluación, ya veremos lo que pasa
Autoevaluación
Hoy hemos tenido la primera revision del Portafolio, y he llevado parte de lo que tengo preparado, para consultar algunas dudas con la profesora.
Esta tarde, intentando adelantar un poco y dado que mi vida social (en toda su extensión) es equiparable a la de una ameba, me he vuelto a poner con él, para luego poder empezar a estudiar Farma.
Una de las partes que más conflicto me generan en los trabajos y en la evaluación de las prácticas, es la AUTOEVALUACIÓN, así que he dispuesto mi autoevaluación (o mi suicidio), de esta guisa, tal y como se lo presentaré a la responsable de la asignatura al finalizar el portafolios… que los hados me sean propicios…
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Autoevaluación
Peliagudo tema el de la autoevaluación, en mi caso, pedir que me autoevalúe es tan indiscreto como pedirle a una dama que revele su verdadera edad, salvo que sea en un contexto clínico, y aún así, cabría esperar un desviación de +-10 años, dependiendo de la calidad de los autocuidados y coquetería de la susodicha.
Faltando a mis principios, en la última evaluación de las prácticas, por el respeto y consideración que le tengo a una compañera del departamento de MQ, y tras dejar constancia de que a mi juicio una autoevaluación alta únicamente expresa un ego excesivo, mientras que una baja pone de manifiesto una clara falta de autoestima, me incliné por salvar la situación optando por el término medio, en el que “dicen por ahí”, reside la virtud; pero como tras meditarlo largo tiempo, creo que los principios, que no la conducta, son pilares básicos de mi personalidad, y haciendo buena esa idea de que cuantos más años cumplimos, más inflexibles podemos llegar a ser, he decidido retomar mi anterior postura, y dejar al buen criterio docente tanto el juicio del trabajo, como el que seguramente acompañará a la lectura de este apartado.
Sirva como precedente que el año pasado, coincidiendo con que tras un momento de crisis personal andaba yo elaborando una lista sobre las razones por las que estudiaba enfermería, una profesora de primero, en entrevista personal, me preguntó cuál era la razón por la que yo lo hacía (estudiar enfermería)… recuerdo que contesté que esa pregunta tenía más sentido en el contexto de dos amigos tomando un café, pero fiel a mis principios y por no herir susceptibilidades, se me ocurrió decirle que le contestaría si me facilitaba un número del 1 al 40… afortunadamente dijo “el 7” y tras consultar mi lista le respondí “porque fue una revelación y me sabía mal no hacerle caso”, y digo afortunadamente, porque las tenía menos políticamente correctas.
Todo lo expuesto, viniendo de un hombre cuya abuela perdió su registro de nacimiento durante un lamentable bombardeo en el 37, guardó desde entonces para si con celo el secreto de su edad, y muchos años después estuvo apunto de ser condenada por desacato en un juicio, después de que el togado le pidiese que revelase su fecha de nacimiento tres veces antes de declarar y asistiera atónito a la misma respuesta en las tres ocasiones “las dos y media señoría”, es más comprensible, si se enmarca dentro de una resistencia natural heredada.
No quisiera terminar sin citar a un célebre autor, actor y director, que en cierta ocasión y posiblemente en circunstancias similares a estas, no pudo por menos que decir “Estos son mis principios, si a Vd. no le gustan… tengo otros”.
Kid Rock-All Summer Long music video.wma – kid rock
Para los muy vagos o para los «expertos» en inglés como yo 😀
¿mandeeeee?
hace unos minutos en el MSN, hablando con un compañero de 3º (y si, sabe que voy a postear esto para su mayor escarnio y vergüenza pública, al tiempo que demostraré que hay veces que yo mismo pienso más en parámetros de cantidad que de calidad…)
Yo: ¿Cuánto te ocupó el portafolios de MI el año pasado, recuerdas?
El: Joder no me acuerdo, se que me quedó muy chulo, un par de páginas
Yo: Un par son… 20, 30, 40… ¿más?
El: No tantas, no menos de 20 y menos de 15 creo
¿eing?
Yo: Eres un capullo, pero te dejo elegir la música que acompaña al texto, ¿alguna preferencia?
El: Me da =
Yo: Okis
El: Ya lo leí capullo, ya me exras de menos
poweno, pofale, pomalegro 😛
y por eso pongo yo la canción, y si, ya me he dado cuenta de que voy tendiendo últimamente al remember y a las «love songs», dita sea, puñeteras hormonas… cawentoloquesemenea
P.D. Va por ti, mi impertinente amigo (nunca agradecí más el no tener activados los comentarios) jojojojojo
volvemos al ruedo
y esa vuelta al ruedo merece, más que las dos orejas, dos tardes saliendo tarde, una por un vídeo y la otra por un seminario… solo espero que ambos estén a la altura del sacrificio (aunque por lo que respecta al vídeo, y a tenor de las experiencias previas, eso me parece mucho esperar).
Estos momentos son un poco como estar en el ojo del huracán… a un mes del comienzo de las prácticas y de los exámenes, sin mucho más que hacer que pasar apuntes, preparar alguna presentación para clase y leer un poco el temario, pero sabiendo que en dos semanas empezará el jaleo de verdad, los agobios, los nervios y las prisas (la sonrisa sarcástica de nuestro sarcástico profesor de farma, al recordar hoy la fecha del examen, no hace más que presagiar que lo antes citado lo será, pero elevado al cuadrado).
O hay alguien sacando fotos con flash, o fuera hay una tormenta de mil pares, así que unas frasecillas para la posteridad antes de meterme en la camita (pronunciadas con el particular acento y entonación del interfecto ganan mucho).
– Este medicamento es de los «super mega extra maxi potentes», ojito con él.
– ¿Hay alguien aquí del Barsa? ¿no? ¿si?… ¡¡¡ala Madrid!!!.
– El componente que incluye en la fórmula este fármaco es perjudicial en personas «sssssssensssiblesssssssss» a dicho excipiente «ossssssea» que no nos vale.
– Por tanto, en una crisis hipertensiva, este sería nuestro medicamento de elección ¡¡¡elección con «L»!!!.
– ¿Alguien conoce la función de la Renina? -silencio en clase-, ¿alguien conoce la función de la Noradrenalina? -silencio en clase-…. ehmmm hola, ¿hay alguien?, ¿esta es la Escuela de Enfermería verdad?… ¿¿¿alguien conoce a alguien???, ¡¡¡¡que levante la mano podió!!!!.
– ¡Cuánto daño ha hecho la LOGSE!.
– (saliendo de clase para pedirles a los de primero que están en el pasillo que bajen la voz)… joe, salgo, les miro sin decirles nada y se callan al instante… son casi tan tontos como los del año pasado (los del año pasado somos nosotros).
– Entonces va «la Doctora Grey«, le extiende la receta, pero el otro no se lo toma, y así no hacemos «ná de ná».
– Y vosotros os preguntaréis «peroetoqueéloqueé».
Y su favorita…
– Esto es «bastante muy puñeteramente complicadillo de entender», pero tranquilos, vamos a intentar que quede claro…
… ¿y sabes qué?… que siempre queda claro
gracias Luis, con gente como tú, uno termina realmente enamorándose de la Farma.
vacaciones y notas
a la excitación propia por ser el último día de clases antes de las vacaciones de carnaval, se unieron hoy las caras largas y los corrillos entre los compañeros, por sus evaluaciones de las prácticas; existe una extendida queja generalizada en relación a la evaluación que se hizo en las unidades, y es que a la mayoría, le parece que las calificaciones fueron puestas al libre albedrío, a la baja, o sin la debida imparcialidad… en mi caso, me han retorcido el brazo para que me autoevalúe, así que he optado por lo de otras veces, ponerme en un término medio estricto, y por lo que escucho por los pasillos, es la tónica general.
Vamos por partes:
1º Confundir alumno con profesional. Básicamente la idea es que el estudiante en planta despliegue un conocimiento práctico de algo que únicamente ha visto en la teoría (en ocasiones ni eso), así que se puede caer en la tentación de «marcar» a alguien por el simple hecho de no mostrar soltura en una técnica, sin tener en cuenta que las prácticas son precisamente para eso, «para aprender a hacer». Lo más perverso de este supuesto, es que hay quien ni se molesta en enseñar a hacer, sino que sencillamente adopta la actitud de «quita que molestas y me retrasas», pero eso sí, luego se permite el lujo de calificar (a este grupo en particular sí que habría que hacerle una evaluación por parte del alumno, que ya que percibe unos ingresos por formación, también habría que valorar la calidad de su docencia -o la falta de ella-). Puestos a reflexionar, el mal profesor del pasado, no tiene razón alguna para quejarse del bajo nivel formativo de alguien que pasara una vez por sus manos… al fin y al cabo, estuvo en disposición de enseñarle, pero falló.
La contrapartida está en que el alumno mantenga una actitud positiva, sea curioso, pregunte y abra bien los ojos, para que aproveche al máximo cualquier posibilidad de aprender que se le ponga a tiro, ya que el día de mañana, se tendrá que buscar la vida solo… y es que de todo hay… como en botica, y los garbanzos negros no sólo se encuentran en los sacos de legumbres.
2º Equivocar el objetivo de las prácticas. Cuando hablo de esto, me refiero a que existe una idea extendida en las plantas en relación a que el alumnado «ha de sacar el trabajo adelante», y eso es una perversión. El alumnado no es el machaca de nadie, y aunque no lo diga en la planta, toma nota de quien le delega tomar tensiones o temperaturas a todos los pacientes, mientras el otro se eterniza tomando un café… aunque por otro lado, a todo alumno le gusta que le deleguen funciones, ya que ello lleva implícito un reconocimiento al dominio de determinadas técnicas. Llegados a este punto, como en casi todo, habría que conseguir un término medio, en el que el alumno pueda desarrollar con cierta autonomía sus prácticas, sin convertirse necesariamente en un robot que repite una y otra vez las tareas más simples y tediosas, y el personal debería recordar que el alumno que se le ha encomendado, puede cometer errores cuyo último responsable será quien le supervisa… y mucho ojo con esto, que una cosa es lo que se dice por los pasillos o en las clases, lo que se cree que el alumno sabe o deja de saber, o la tendencia de muchos a creer que la bisoñez es sinónimo de estupidez… y otra muy diferente la realidad de un juzgado con una demanda por negligencia sobre la mesa donde, a buen seguro, el que saldría mal parado… no sería el alumno.
3º Complejos. De esto habría mucho que hablar, tanto por una parte, como por la otra. Tan cargante resulta el personal abusón que luego en segundo o en tercero se torna «amistoso» (dos polos opuestos pero igualmente molestos), como el alumno que jura y perjura «putear» a su vez, cuando tenga responsabilidad en la planta, o alumnos a su cargo. Hay personas que verdaderamente parece que no maduran nunca, aunque desde mi punto de vista, el personal de la planta, por edad, por profesionalidad, y por conocimiento propio del término «trabajo en equipo», debería estar a un nivel muy por encima de este tipo de situaciones; desde luego, no debería generarlas, y evidentemente, si las detecta, debería reconducir la situación… se que es complicado, pero formar a alguien, no es simplemente hacerlo en «técnicas» (¿a alguien le suenan los contenidos transversales, a alguien le suena el CAP?), igual que ser madre no es simplemente «parir»… e igual que una madre se vuelca más con el hijo díscolo, las personas que presentan rasgos de este tipo, necesitarían más atención (¿se va notando lo verdaderamente jodido complicado que es tener a alguien bajo nuestra responsabilidad?).
4º «Observaciones». Curiosamente yo no tengo valoraciones en mis hojas, pero algunos compañeros comentan las suyas y, o bien han leido mal, o quien las escribió tenía un verdadero problema (de ortografía por un lado -según me comentan-, y de objetividad por otro). Yo me remito a un caso que me contó una amiga enfermera, en relación a una alumna a su cargo, que tenía un verdadero problema para realizar la canalización de una vía… por lo visto, la chavala se resistía a intentarlo (era su demonio particular), e incluso somatizaba el tema… el caso es que la enfermera se las arregló para localizar a un paciente particularmente colaborador, e hizo que cuando se disponía a mostrarle una vez más el método a la alumna, la llamaran por una supuesta urgencia, quedándose por los alrededores, pero lejos de la vista de la alumna, a quien le encargó realizar la técnica. La muchacha no solo canalizó la via, sino que logró superar sus miedos, y la enfermera anotó en la hoja de observaciones algo así como… «quisiera que la alumna, cuando se enfrente a algún reto que le parezca complicado, recordase lo bien que lo hizo la primera vez que logró coger una vía»… no se vosotros, pero yo recordaría a esa enfermera siempre con muchísimo cariño.
Una última reflexión en cuanto a esto… creo que si alguien es incapaz de lograr que un alumno a su cargo realice tareas que puedan ser consignadas como refuerzo positivo en las observaciones, debería plantearse que quien lea sus notas, se cuestionará seria y fundadamente su capacidad para la formación (y eso pasa… me consta).
Bueno, habría mucho de lo que hablar en relación a las cosas que pasan en las prácticas, a las interpretaciones subjetivas, a la falta de ganas (todo ello por parte y parte), pero creo que me quedo con mi visión personalísima y si se quiere, un poco «flowerpower«; yo creo que el personal sanitario está hecho de una pasta especial, cuida esperando poco o nada a título personal, vive su trabajo con intensidad, y en vez de un pañal lleno de caca, sabe ver a la persona con necesidad de autocuidados, a la que no le gusta ser dependiente, la que se averguenza por hacer que otro le limpie el trasero, y si desempeña bien su labor… es como si encendiese una luz para esa otra persona… con la ventaja de que también ilumina su propio camino… ¿las notas?… pues francamente, me traen al pairo 😀